Día: 28 noviembre, 2014
Roberto Gómez Bolaños [1929-2014], ese pequeño ‘Chespier’ / por: Willy McKey
“¡Amigos televiciosos del mundo entero!
Tienen ustedes la dicha de ver y escuchar
el programa cultural más mejor y menos pior
de todititita la televisión universal”
El humor es imposible sin inteligencia. Ha muerto un genio. No. Más aún: un supergenio.
A finales de los años sesenta, toda la industria cultural latinoamericana estaba metida en una suerte de protoglobalización: sacrificar lo local y universalizar los discursos. Ya habían pasado más de dos décadas de Saludos, amigos!, ese capricho de Walt Disney que convirtió a América Latina en una simplísima suma de referentes: Brasil, México, la Cordillera de Los Andes y una selva habitada por dementes.
Los clichés habían durado demasiado: medio continente no podía resumirse en un parque temático. Mientras tanto, la industria pop angloparlante imponía arquetipos salvadores que las imaginaciones en dictadura lo agradecían.
Una de las grandes virtudes de Roberto Gómez Bolaños fue cumplir con aquella máxima creativa de “pinta tu aldea y pintarás al mundo”. ¿Qué hacer cuando el país de arriba importa superhéroes? ¿Qué podría superar a una Liga de la Justicia que hacía palidecer a la corte del Rey Arturo en el imaginario planetario? Pues burlarse de unos y otros, desde el albur y el calor propio, y caricaturizar el imaginario heredado.
Tras una carrera de casi diez años en los medios de entretenimiento masivo, Roberto Gómez Bolaños aparece con su primer gran éxito: Los Supergenios de la Mesa Cuadrada. Tan sólo en el título del programa se lograba dar una risotada ante el capital simbólico circulante de Occidente, al mismo tiempo que se armaba uno de los elencos de comedia más reconocidos en el mundo entero: Ramón Valdés, María Antonieta de las Nieves y Rubén Aguirre se convertían en los primeros cómplices de una pandilla que terminó siendo condenada por el éxito:
Los efectos especiales producto del chroma key, los juegos con las escalas a través de la mezcla de tomas, el zoom convertido en una varita mágica: la tecnología del entretenimiento puesta al servicio de una tradición del clown, del payaso, de la comedia que tiene siglos puesta en nuestro genoma.
Es en Los Supergenios de la Mesa Cuadrada donde por primera vez las pecas de una niña se transforman en el mote “chilindrina”, donde los empujones se convierten en una rutina eterna y eficaz, donde el Doctor Chapatín se muestra como un viejecillo global y su terca sabiduría se sumaba a un ingeniero borracho y a un maestro de escuela, moderados por la belleza a-go-gó de una actriz que fenotípicamente retaba a toda la industria del entretenimiento.
Desde entonces, el léxico mexicano pobló los guiones de rutinas que se repetían, aprendiendo cuanto podían del circo, del mundo de los mimos y de los referentes hollywoodenses. A diferencia de lo que sucedía en muchos otros países latinoamericanos, donde desde las letras de las canciones hasta los diálogos de las telenovelas pretendían una universalización que los hiciera más comerciales y menos cercanos a la cotidianidad local, en la televisión mexicana un visionario de la comedia empezaba un camino que hizo que en apenas unos años todo el continente supiera cuándo decir “chanfle”, que una torta de jamón era más parecida a un sánduche que a un pastel, que “¡Sale y vale!” era un resumen eficaz del entusiasmo y que el humor es un hermoso estuche para contrabandear el universo cultural de un país tan grande como México.
Todo ese arsenal imaginario que serviría de combustible para luego mudarnos a la austera posibilidad escenográfica de una simple vecindad del DF.
En apenas un año el universo chespiritiano se había expandido. El éxito de El Chapulín Colorado y del show de situaciones cortas de Los Supergenios… se vio consolidado con El Chavo del Ocho. Todavía el llanto del protagonista no se había convertido en el pi, pi, pi que cualquier televidente puede imitar, es cierto: en la comedia, los personajes se tallan con buriles algo más gruesos que el drama. Pero cuando esos relieves son atinados, siempre acaban convertidos en volúmenes memorables
La vida del niño sin familia, que dormía en el apartamento número 8 de una vecindad que nunca nos llevó más allá de dos patios comunes y tres apartamentos, sigue emitiéndose en al menos 18 países del mundo. Quienes contabilizan los récords rayocatódicos han dicho que más de treinta millones de espectadores han visto este seriado en más de noventa países.
El mismo país que dio al recientemente homenajeado Cantinflas y a Tin Tan Valdés, el epítome del ciudadano fronterizo del siglo veinte, tuvo entre sus hermanos de la comedia televisiva (y para muchos menor) al más eficaz exportador de la cultura mexicana en Technicolor. Eso en un mundo fiero como el prime-time familiar, el lunes a viernes, el frenético mundo de la televisión exitosa.
Fue mucho más que utilizar un fondo azul o verde para volar, viajar al espacio, reducir su tamaño o aumentar el nuestro. El mundo no necesitaba a un cómico más queriendo cruzar la frontera a recuperar Los Ángeles. Era el momento de aprovechar el humor como la única estrategia para reconocer la debilidad y esgrimir el chiste como arma demoledora. Porque ser valiente no tiene nada que ver con no sentir miedo, sino con estar del lado de la justicia.
Usted también ha usado el “Pa’ qué te digo que no, si sí” de La Chimoltrufia o el “Dígame, Licenciado” de Chaparrón Bonaparte. Usted también se conmovió con El Chavo en Acapulco o cuando a ese mismo niño lo acusaron de ladrón mientras que nosotros sabíamos que era un vecino nuevo o un sonámbulo el culpable. Usted también se detiene cuando alguno de los canales del zapping eterno que somos los pertenecientes a esta raza que Eloy Fernández Porta llama con tino Homo sampler se consigue con alguna obra de Chespirito convertida en repetición.
Se dice tan poco de la televisión. Se dice tan poco de los payasos. Nos avergüenza tanto la posibilidad de reconocernos un niño más que aplaude en el circo. Ha sido difícil escribir esta nota con este tono, pero sucede que las emociones y los duelos pasan y de la tele y de la risa se dice tan poco en estas notas.
A un payaso con una potencia continental tan grande como Chespirito no se le puede despedir desde la tragedia. A veces es preferible la taxidermia dolorosa de lo enciclopédico, porque al menos permite recordar cuánto creó, cuánto logró, cuánto pudo hacer contraviniendo lo que en las alturas de la cultura académica parecía un error.
Ponerse a México en la boca, ponerlo en los diálogos de sus personajes, en nuestras voces, todo antes de esta estupidez del sobreestimado acento neutro que hace que todos los cachorros humanos dejados bajo la custodia de esa niñera en la que se han convertido Cartoon Network y Disney Channel digan “césped” y “emparedado”. Y viéndolo así, Roberto Gómez Bolaños fue un paladín de la belleza que esconde la singularidad de nuestros acentos, de nuestra palabra, de nuestra mezcla: un héroe rayocatódico y technicolor
Pero los héroes también se cansan, se retiran, nos abandonan. Hoy hay uno menos ejerciendo la cándida nobleza de contar un chiste repetido. En adelante, estaremos a merced de “El bribón de alma sucia,/ el malhechor desalmado”, a menos que tengamos la valentía de reconocer que no contábamos con su astucia: “¡El Chapulín Colorado! / iChanfle! iChanfle!”
Gracias por cuidarme al salir de la escuela, Chespirito. Sin ti, Shakespeare no habría sido tan divertido el resto de mi vida.
Créditos para: http://prodavinci.com/blogs/roberto-gomez-bolanos-ese-pequeno-chespier-por-willy-mckey/
Las 10 frases más recordadas de Chespirito ¡No contábamos con tu astucia!
El actor Roberto Gómez Bolaños, creador de personajes entrañables para la televisión en México como ‘El Chavo del ocho’ y ‘El Chapilín Colorado’, falleció hoy a los 85 años de edad, confirmó hoy Joaquín López-Dóriga, colaborador de Milenio.
Con más de 40 años de carrera artística ‘Chespirito’, fue el máximo representante de nuestro país y América Latina como guionista de televisión. Antes de convertirse en actor fue boxeador amateur; también se tituló como arquitecto en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), profesión que nunca ejerció.
Bolaños nació el 21 de diciembre de 1929 en la Ciudad de México. Estudió ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero nunca se graduó. A lo largo de su vida se desempeñó como actor, comediante, escritor, dramaturgo, guionista, compositor, director y productor de televisión.
En los primeros años de su vida laboral fue creativo en agencias publicitarias. Su trabajo en el área del entretenimiento comenzó en la década de los cincuenta, cuando se desempeñó como guionista de varias películas y programas televisivos, principalmente para la pareja de cómicos Viruta y Capulina.
Gracias a su talento para escribir y a su corta estatura, el director cinematográfico Agustín P. Delgado lo apodó “Chespirito”, haciendo referencia a William Shakespeare.
En 1968, Televisión Independiente de México le dio la oportunidad de escribir y dirigir un programa de media hora a su antojo. Así inició el programa “Los Supergenios de la Mesa Cuadrada” y su carrera como actor. En 1970 su espacio televisivo aumentó a una hora y surgió el personaje del Chapulín Colorado. Un año después haría su aparición el Chavo del Ocho.
Después surgieron más programas y personajes como El Doctor Chapatín, El Chompiras o Chaparrón Bonaparte.
Acompañado de un grupo de actores integrado por Carlos Villagrán, Ramón Valdés, Florinda Meza, Rubén Aguirre, Édgar Vivar, Angelines Fernández, Raúl Padilla, Horacio Gómez Bolaños y María Antonieta de las Nieves, sus programas tuvieron gran éxito no sólo en México sino en todo el mundo de habla hispana.
Las 10 mejores frases de Chespirito
1. Fue sin querer queriendo… o así decía el Chavo del 8 cada vez que lo regañaban.
2. Se me chispoteó… Es un verbo que no reconoce la Real Academia de la Lengua Española pero que el mismo Roberto Gómez Bolaños incluyó en el lenguaje de los mexicanos cada vez que dicen algo inoportuno, tal como era el Chavo del 8.
3. Para qué te digo que no si sí. Si Cantinflas puso un estilo de hablar enredado y sin sentido, Chespirito lo plasma en las frases de algunos de sus personajes como la Chimoltrufia y el Chómpiras.
4. “Popularidad es el número de personas que te conocen y te siguen y van a ver tus cosas y Cantinflas no estuvo en la televisión y por tanto ni de casualidad se me puede acercar”, dijo Gómez Bolaños en 2003 al considerarse más grande que el llamado Mimo de México.
5. Más rápido que una tortuga, más fuerte que un ratón, más noble que una lechuga, su escudo es un corazón. Así comenzaba el programa del Chapulín Colorado, el “superhéroe” más famoso de la televisión mexicana.
6. ¡Síganme los buenos! En la década de 1970 no existía todavía el Twitter pero el Chapulín Colorado ya le pedía a los televidentes que lo siguieran, pero solo los que fueran buenos como él porque en sus aventuras el bien siempre ganaba.
7. No contaban con mi astucia. Aunque era torpe al actuar, elChapulín Colorado terminaba por vencer a los villanos y al salirse con la suya remataba con esa frase.
8. Que no panda el cúnico. Y si a Chespirito era experto para poner a cantinflear a sus personajes, porqué no jugar con las palabras como lo hacía con el Chapulín.
9. Silencio, mis antenitas de vinil están detectando la presencia del enemigo. No solo la astucia era el arma del Chapulín Colorado sino sus antenitas que servían como sensores y se movían de una manera peculiar.
10. ¿Sabías que la gente sigue diciendo que tú y yo estamos locos? Tantos personajes pudieron volver loco a Roberto Gómez Bolaños —que era algo parecido al cenzontle o pájaro de las mil voces— pero los únicos locos eran los Chifladitos: Lucas Tañeda y Chaparrón Bonaparte, que hacían reír por sus sketches sin sentido.
Créditos para: http://www.elfarandi.com/2014/11/28/las-10-frases-mas-recordadas-de-chespirito-no-contabamos-con-tu-astucia/
Falleció Roberto Gómez Bolaños, «El Chapulín Colorado»

Murió «Chespirito» Roberto Gómez Bolaños
Roberto Gómez Bolaños logró instalarse en generaciones de todo el continente gracias a personajes como «El Chavo del 8» y «El Chapulín Colorado». Arrastraba problemas de salud, entre ellos un enfisema pulmonar, durante los último años.
28 DE NOVIEMBRE 2014 – 04:33 PM
La comedia latinoamericana está de luto: A los 85 años de edad falleció el mexicano Roberto Gómez Bolaños, conocido en todo el mundo de habla hispana por el seudónimo de Chespirito, con el que dio vida a personajes que traspasaron a decenas de generaciones.
La información fue divulgada esta tarde por medios mexicanos, citando al periodista de Televisa Joaquín López Dóriga, conductor de las noticias de ese canal. Aunque no se han especificado las causas del deceso, la salud del actor se había visto resentida en los últimos años, debido a enfermedades como diabetes y enfisema pulmonar.
Fue hospitalizado en 2009 y 2012, entre otros períodos. Gómez Bolaños nació en 1929 en Ciudad de México, y desde sus iniciso profesionales estuvo siempre ligado a las industrias creativas. Primero, en la publicidad y la escritura de guiones, labores en las que estuvo la mayor parte de la década del 60.
Sin embargo, las confianzas en la TV azteca fueron creciendo en torno a su potencial, y en 1968 decidió dar el salto e interpretar las historias que llevaba rato escribiendo.
Fue así como nacieron, a partir de 1970, personajes como El Chapulín Colorado y El Chavo del Ocho, a los que luego se agregarían el Chómpiras, el Doctor Chapatín y Chaparrón Bonaparte, entre otros que retrataron buena parte de la realidad mexicana de mediados del siglo XX.
Créditos para: http://www.el-nacional.com/gda/Murio-Chespirito-Roberto-Gomez-Bolanos_0_527947317.html
Chile / Alcalde de Alto Hospicio (Iquique), se burla de futbolista venezolano Emilio Rentería por su color de piel
En su cuenta Twitter el alcalde Ramón Galleguillos colgó mensajes como “Basta que un negrito llore y se gana”, en modo de burla con respecto a las mofas que recibió el venezolano.
El futbolista venezolano Emilio Rentería, quien juega para el equipo San Marcos de Arica, en Chile, ha sido víctima de insultos racistas por parte de la fanaticada del país suramericano, ataques que fueron celebrados por Ramón Galleguillos, alcalde de Alto Hospicio, en la provincia chilena de Iquique.
«¡Qué tanto escándalo!, ¿Por qué la barra de Iquique lanzó gritos homofóbicos en Arica? Aquí son muchos los mojigatos, pacatos e hipócritas», escribió Gallequillos, en su cuenta @ramongallec, en la que colgó al menos cinco mensajes ofensivos y con tono de mofa en contra del delantero vinotinto, que en repetidas ocasiones escuchó en su contra “Negro”, “Mono”, entre otras más ofensivas por parte de los fanáticos de Deportes Iquique.
«Definitivo, Arica ganó los puntos por secretaría. Esto es claro ganaron los mojigatos, pacatos e hipócritas. Basta que un negrito llore y se gana», prosiguió en referencia al jugador venezolano.
El delantero vinotinto ha sido víctima en dos oportunidades de gritos e insultos racistas en Chile. El primer episodio ocurrió el pasado 7 de noviembre, en partido ante O’Higgins, y el segundo el 22 de noviembre, en duelo frente a Deportivo Iquique, este último ocurrió una vez que Rentería hiciera un gol, en el minuto 45, y que tras su celebración, conviertiéndose así en blanco de ataques racistas por parte los fanáticos del Deportivo Iquique.
En el primer suceso, tras la suspensión del partido, el Presidente del Deportivo Iquique, Cesare Ross, realizó unas declaraciones deplorables que dejaron mucho que desear y que generó críticas entre los seguidores del fútbol.
«Si en Chile vamos a empezar a suspender los partidos por cualquier lesera (acto tonto o de poca importancia) o por este tipo de cosas es súper fácil (…) vamos a matar el fútbol así», dijo Cesare Rossi.
Créditos para: http://www.el-nacional.com/mundo/Alcalde-Emilio-Renteria-insultos-recibio_0_527947237.html
El mentecato ilustrado / Carlos Alberto Montaner
Por no tomar en serio a Chávez
los venezolanos se hundieron
Calma. No hay agravio. La etimología de mentecato es transparente.
■ Quiere decir “mente captada o capturada”. Me refiero a eso. Iglesias es un mentecato, pero ilustrado. Hay que tomarlo en serio.
■ Iglesias es un joven español, profesor universitario en Madrid y colaborador de la televisión iraní, que triunfa en las encuestas electorales.
■ El problema radica en qué ideas han capturado tan prodigiosa mente. Las malas ideas, cuando se enquistan en neuronas privilegiadas, son más dañinas.
Iglesias cree en el Estado empresario que crea o nacionaliza empresas. Cree en el Estado asistencialista, redistribuidor de riquezas, que extiende una pensión a todas las personas por el mero hecho de vivir en el país (650 euros). Cree en el Estado planificador que todo lo sabe, que conoce el presente como la palma de la mano y es capaz de prever el futuro. Cree en el Estado que castiga implacablemente (ama la guillotina de la revolución francesa). Cree que la riqueza se logra trabajando menos —35 horas a la semana— y por un periodo más breve (60 años). Cree, en suma, que la prosperidad se logra gastando, no ahorrando e invirtiendo, como ha hecho la tonta especie humana durante miles de años. Maravilloso.
Pero lo interesante es que Pablo Iglesias ya ha puesto a prueba sus ideas madre, precisamente en Venezuela, donde él y su grupo fueron contratados para encauzar de diversas maneras el “proceso revolucionario”, algo que hicieron durante ocho años a plena satisfacción de la República Bolivariana, tarea por la que cobraron nada menos que tres millones setecientos mil euros: más de cinco millones de dólares.
En ese periodo, de acuerdo con las memorias de la fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), que era la institución que firmaba los acuerdos y recibía los dineros, Iglesias y sus allegados ayudaron directamente a Chávez a fomentar su revolución desde el despacho presidencial, a Telesur a crear y divulgar su propaganda, al Banco Central de Venezuela a desarrollar su política monetaria, al Ministerio del Interior a manejar sus prisiones (como en la que yace Leopoldo López), al Ministerio de Trabajo a organizar sus pensiones, y al Ministerio de Comunicación a no sé qué función exactamente, aunque algún trabajo pudieron desplegar en el Centro Internacional Miranda, dedicado al adoctrinamiento político comunista, a juzgar por las palabras de Juan Carlos Monedero, escudero de Iglesias, en su conmovido homenaje a Hugo Chávez, en el que recuerda con tristeza la desaparición del Muro de Berlín, ese monumento al estalinismo.
Es decir, Pablo Iglesias y sus amigos, de acuerdo a los consejos que aportaban a tan amplio espectro gubernamental, en gran medida son responsables del caos venezolano, del desabastecimiento que padece el país, del desorden financiero, del aumento exponencial de la violencia, del horror de las cárceles, de los atropellos a la libertad de expresión, de la falta de inversiones extranjeras, del cierre de miles de empresas, y hasta de la pulverización del Estado de Derecho al proponer, presuntamente, la eliminación de la separación de poderes en los cursillos de formación que les daban a los parlamentarios del mundillo del socialismo del Siglo XXI.
Como me cuesta trabajo creer que Iglesias y sus amigos forman parte de una casta corrupta, me inclino a pensar que, realmente, lo que hay que imputarles no es un delito de fraude o peculado, sino un alto grado de corresponsabilidad en el hundimiento de Venezuela, precisamente por transmitirles a esos vapuleados ciudadanos las ideas y los conocimientos equivocados.
En todo caso, es muy probable que Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y el resto del grupo, entiendan (como entendía Lenin) que las revoluciones son así: dolorosas, y devastadoras, como corresponde a la necesaria etapa de demolición del pasado burgués, lo que explica la conformidad que muestran con cuanto sucede en Venezuela.
¿Qué harían Pablo Iglesias, Monedero y sus amigos si tomaran el control de España? A mi juicio, lo mismo que han contribuido a hacer en Venezuela. ¿Por qué? Porque no son unos cínicos racistas que quieren para España algo diferente a lo que aplauden en Venezuela. Quieren lo mismo. Un Estado fuerte presidido por un grupo revolucionario decidido a implantar el reino de la justicia a cualquier costo. Quieren acabar con las estructuras burguesas que acogotan al proletariado, destruir los podridos partidos políticos tradicionales, encarcelar a quienes se opongan a la voluntad del pueblo y silenciar a esos medios de comunicación que sólo representan los intereses de los propietarios. Son mentecatos —sus mentes han sido capturadas por el error—, como les sucede a todos los fanáticos, pero no son hipócritas. Y, además, son ilustrados. Esto agrava las cosas.
Créditos para: http://www.reportero24.com/2014/11/carlos-alberto-montaner-el-mentecato-ilustrado/
Venezuela / Cola para comprar harina termina en pelea entre mujeres (+ Video)
Lo que se suponía que era una simple cola para comprar harina y otros productos de la cesta básica, terminó convirtiéndose en una fuerte pelea entre un grupo de mujeres en Valera, estado Trujillo. Como se puede apreciar en el video que le presentaremos a continuación, hasta 4 mujeres llegan a formar parte de una trifulca, mientras un policía trata de separarlas y decenas de personas permanecen como simples espectadores en la cola. Sin duda alguna, el video resulta impactante, y la causa aparente no es más que la de adquirir uno de los tantos productos que escasean en el país.
Créditos para: http://www.maduradas.com/asi-de-grave-estamos-cola-para-comprar-harina-termina-en-pelea-entre-mujeres-video/